lunes, 13 de octubre de 2014

Clases de clientes

Es una verdad mundialmente reconocida que un camarero, poseedor de un restaurante, necesita clientes. —Jane Austen en su época de camarera.



Llega el momento en la vida de todo ser viviente que trabaja en un bar o similares en los que una marabunta de gente se aglomera para comer/cenar y claro, como personal al cargo del local, debes hacer frente al ataque con tus mejores galas: Sonrisas y buenos tratos. (¡Ojo!: No todos siguen ese patrón.) Pero claro, no todo depende de los trabajadores, pues los comensales son el principal y único punto clave por el que el lugar se mantiene en pie. No clientes, no dinero. Lógico. Y bueno, tras toda esta experiencia que la vida me ha dado, he llegado a hacer, en mi mente, una recopilación de tipos de clientes que quiero compartir con todos.

LOS AMABLES 

Es del tipo que más me gusta. Personas que, aunque les lleves las cosas un pelín tarde, no paran de agradecerte lo que haces y, después de taaaanto esfuerzo, esas palabras son muy agradables de escuchar, te dan ánimo y fuerzas y comprendes que lo que estás haciendo, de alguna manera, está bien hecho.

LOS INCONFORMISTAS (O como a en mi pueblo llamamos: Los quejicas.)

Estos son los que, a cada plato que sacas, le ponen una pega: "este plato está casi vacío, este plato se desborda". Solo te dan ganas de gritarles:
—¡¿QUÉ QUIERES DE MÍ?! —Mientras te das golpes con la bandeja, imaginando que tu cara es la de tu cliente.

LOS SERVICIALES

Uno de los que a veces me gustan, a veces no. Cuando hay demasiadas personas, es lógico que algunas comandas sufran pérdidas o se acaben olvidando, entonces es donde ellos entran. Aparecen y te ofrecen su ayuda, ellos se sirven a su mesa, nadie les dice que no ¡ESTÁN QUITÁNDOTE TRABAJO!. El problema viene cuando empiezan a robarte platos que no son suyos, pero como cada cual barre para su casa, pues acaba todo echo un lío primordial.

CABEZA DE TITANIO SUPERSÓNICO

Te acercas a una mesa y ofreces lo que tienes, pero tras esto ¿qué más dá lo que hayas dicho? te insisten durante un par de minutos, repetidamente, que quieren las cosas que tienes, las que no tienes y a poder ser ¡YA! Tu, le has dicho varias veces: Oye, verás, es que no tenemos X cosa. Pero ¿qué más dá? Tu, como camarero tienes poderes mágicos con los que invocar a los alimentos que te dé la gana aunque nunca hayas oído hablar de ellos. Y sino te acuerdas, tranquilo, te seguirán como loros.

LOS CARA-MURALLACHINA (También conocidos como SINPA)

Uno de los peores casos que alguien, que da un servicio, puede tener. Se acercan a tí y, como vívoras, te succionan todo lo que tienen, hasta un "mínimo", quizás en aperitivos, bebídas, etc. La cantidad puede rondar cerca de los 100 euros, pero en cuanto te descuides, van a poner pies en polvorosa. Que si a uno lo llaman por teléfono, otro va al aseo, etc. Tienen 1001 excusas y maneras de escapar de pagar. 

LOS GRACIOSOS

A cada plato que sacas, te cuentan un chiste o hacen una broma sobre tu trabajo, la comida o cualquier cosa. "Me he pedido ternera. Tengo el mismo gusto que los toros ¡JAJAJAJA!". Algunos, sin ánimo de ofender. Otros, donde meten la gracia, meten la trampa."¿Qué es esto? He pedido un bocadillo de cordero, una ensalada grande y una botella de vino, no un menú infantil" Haciendote ver que le has traído menos cantidad de la que quiere, pero que es lo normal. Te hacen sentir culpable o mal de alguna manera, se burlan de tus compañeros y ¡ay! de que les digas algo, entonces si que no te vas a escapar nunca de ser su diana.

LOS IRACUNDOS

Me he encontrado con algunos a lo largo de estos años trabajando en bares. Agresivos, inpacientes, malhumorados. Le preguntarán en menos de un minuto, a todos los camareros, que traigan todo lo que ha pedido, de malas maneras, hundiéndote la moral y dándote golpecitos psicológicos hasta que entres en un estado berserker. Echarás espumarrajos por la boca y se te ocurrirán ciertas y dolorosas maneras de acabar con su vida o torturarlo hasta entonces. Eso, si no le atacas con barras de pan de días anteriores. 

LOS PRINCESOS

Bueno, esas personas, tienen la habilidad congénita de poder ver una pequeña mancha, diminuta, debajo del vaso, casi un píxel de tamaño, quizás menos. Te pueden llegar a hacer cambiar toda la cubertería si un plato tiene un punto negro defecto de fábrica. 

LOS "EN EL..." 

¿Estos tipos de que van? No en serio. Van a un sitio y comienzan a decir: Pues en el bar de abajo  me ponen la comida de esta forma, en el restaurante que fuímos ayer el precio de la cerveza es más barato, en la cantina del colegio de mi hijo venden tortas de tomate y aquí no. Sinceramente, no sé que esperan encontrar yendo a otros bares, está claro de que no van a servirle ni lo mismo, ni el mismo precio, ya que no son cadenas de restaurantes. Si quieren eso, que se pateen las grandes ciudades con sus Vips, Foster's Hollywood, McDonalds, etc.

Y bueno, hasta aquí mi recogida de datos sobre estos seres tan especiales que viven tan cerca de nosotros y que maravillan a cualquier antropólogo. Quizás a algún que otro antropólogo forense, ya que estos se encuentran con algunos de estos tipos, curiosamente, de los irancundos sobre todo. 

Espero que os haya gustado este artículo y recordad que cuando vais a un bar, restaurante o a alguien que os ofrece un servicio (médicos, profesores, banqueros, etc.) tratadlos lo mejor posible, porque ellos están intentando daros lo mejor que pueden y son, como todos, personas con sus problemas. Dar las gracias o al menos no fastidiarles es un buen método de pasar un buen día.

P.d.: También hay muchos tipos de camareros, pero eso ya será otra entrada.